La sesión comenzó con el visionado de dos vídeos en los que se veía cómo daban a luz una Gorila y una mujer. En esencia, a nivel fisiológico el proceso es prácticamente idéntico. Lo que cambia es que la gorila daba a luz sola y la mujer lo hacía acompañada, en ese caso concreto, por su marido. Yo, personalmente, no soy muy amiga de ver este tipo de cosas porque me impactan bastante pero he de reconocer que no lo pasé tan mal como en otras ocasiones. Después entramos en materia con el tema anatómico del proceso de embarazo y cómo funcionan nuestros órganos durante el parto.
Cuello del útero
Si no mal recuerdo, Carmen empezó hablando del cuello del útero, el último camino que recorrerán nuestros bebés antes de nacer. Su largura real es el de una boca de botellín de cerveza aproximadamente. Es un canal estrecho pero eminentemente flexible a excepción del introito, que es justo el punto por el que finalmente saldrá la cabeza de nuestro bebé. De ahí que se recomienden hacer ejercicios perineales en las últimas semanas de embarazo, para favorecer la elasticidad de ese punto.
Tapón mucoso
Cuando nos quedamos embarazadas, el cuello de útero se recubre de una densa mucosidad que permite crear un espacio estanco y estéril en el útero. La expulsión de ese tapón mucoso a partir de la semana 37 es habitual y, según nos comentó, puede que en una o dos semanas después de esa expulsión se produzca el parto. Si dicha expulsión se produce antes de la semana 37, hay que ir al hospital para frenar un posible parto prematuro.
Cuando se expulsa el tapón mucoso, es probable que éste salga con restos sanguinolentos debido a que ha estado pegado a las paredes del cuello y al desprenderse puede que algún capilar se rompa. No obstante, y aún sabiendo esto, si nos pasa nos llevaremos susto.
Útero
El útero tiene forma de botella invertida y será el espacio donde nuestro bebé se geste, se desarrolle y viva durante los nueve meses de embarazo. Es un espacio que va creciendo, ganando espacio a otros órganos como la vejiga o el intestino grueso, entre otros. Dentro de esta cavidad encontramos varios elementos que ayudarán a que nuestro bebé se forme y crezca en las mejores condiciones.
Líquido amniótico
El líquido amniótico es el medio acuoso en el que vivirá nuestro bebé durante el embarazo. Contiene unas partículas muy pequeñas blancas y grasas que se adhieren a la piel del bebé creando una capa protectora. Como el bebé está durante seis meses entrenando la succión, ingiere estas pequeñas partículas que harán que al nacer las expulse en forma de deshecho. Lo que se viene conociendo como el meconio, que tiene un color verdoso característico.
De hecho, puede ser que al romper aguas, las aguas salgan sucias, de color verde. Eso nos indicará que debemos acudir al hospital en una o dos horas para que monitoricen a nuestro bebé y descartar un posible sufrimiento fetal. Puede que en algún momento nuestro bebé se sienta incómodo y se haga cacas antes de nacer, por eso se tiñen las aguas. Según el dato que nos dio nuestra matrona, ocurre en un 30% de los casos aunque el sufrimiento fetal se reduzca tan sólo a un 3% del total de casos.
Placenta y cordón umbilical
La placenta es un entresijo de vasos que transmiten al bebé los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse adecuadamente. Todos los «ladrillos de construcción» llegan al bebé desde la placenta, por el cordón umbilical. El cordón umbilical mide entre 40 y 60 cm, mientras que la placenta llega a pesar en torno al kilo.
Es importante, durante el tercer trimestre la ingesta de mayor cantidad de frutas y verduras crudas, bien lavadas por supuesto, para poder surtir a nuestro bebé su mayor demanda de vitaminas y minerales. Según mi matrona, en cada comida debiéramos ingerir o verdura o fruta cruda, puesto que si está cocinada pierde la gran parte de nutrientes que contienen.
Trabajo con la pelota suiza o de pilates
Al finalizar la clase nos habló de los beneficios que tiene el movimiento encima de una pelota suiza en las últimas semanas de embarazo para ayudar a que nuestro bebé se encaje porque la forma de nuestra pelvis requiere que se produzca un giro de la cabeza y cuerpo de nuestro bebé para que pase por el canal de parto. Además, sentarse en la pelota de pilates ayuda a mantener recta la espalda, lo cual es importante para evitar la lordosis (que es la curvatura que coge nuestra columna vertebral en la zona lumbar durante el embarazo).
Supongo que tocará sacar la pelota de pilates que compré hace mil, hincharla y ponerme sobre ella un rato cada día para flexibilizar esa zona pélvica. Aunque casi que tengo más miedo de caerme de la pelota que de otra cosa. Una que es torpe por naturaleza y cree que es mejor quedarse como está. Ya me veo yo yendo a la gasolinera a inflar la pelota porque creo que hinchador no tengo en casa.
Mis reflexiones de la charla maternal
Como ya adelantaba al principio de esta entrada, esta sesión se me hizo un poco árida y eso que soy una apasionada de la biología. Un día os tengo que hablar sobre ello porque mi perfil formativo dio un giro de 270º con 18 años y no tiene desperdicio. Recordádmelo si se me olvida, por favor. A lo que iba, hubo un momento en el que tenía unas ganas inmensas de dormirme. Lo que no sé es si tenía hambre, sueño o pesadez. También os diré que hacía muy mal tiempo y eso no ayudaba a mantener la escucha activa durante mucho tiempo seguido. No obstante, lo que la matrona comentó tenía tips y mensajes interesantes e importantes de cara a la recta final del embarazo.
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