El 9 de noviembre fui a la quinta charla maternal en el ambulatorio y cuando entramos en el espacio donde nos reunimos todos los miércoles de 10 a 12 horas y vi que había esterillas en el suelo, me entraron los siete males, así de claro. De hecho, yo pensaba que no íbamos a hacer ningún tipo de ejercicio en estas clases maternales pero para mi sorpresa Carmen, la matrona, nos tenía preparada una sesión de relajación de cara al día del parto y después nos habló de los pujos.

Ejercicios de Relajación para controlar la respiración en el parto

Nos tumbamos en las esterillas y nos facilitó un cojín para la cabeza. Nos dijo que nos pusiéramos en una posición cómoda y yo me puse sobre mi costado izquierdo. Pero la esterilla era muy fina y el suelo muy duro. Enseguida comenzamos la relajación que consistía en lo siguiente:
  • Tratar de dejar nuestra mente en blanco.
  • Relajar la frente, sentir que se queda lisa.
  • Relajar los ojos, sentir que los párpados pesan.
  • Relajar la mandíbula.
  • Relajar la zona del cuello, notar cómo el oxígeno llega a nuestro cerebro con mayor facilidad.
  • Relajar hombros y brazos.
  • Relajar la barriga y sentir cómo se oxigena todo nuestro cuerpo.

Este proceso se ha de realizar entre contracción y contracción para descansar y recuperar energías y oxigenación. Una vez que comienza una nueva contracción hemos de respirar y canalizar toda energía para abrir el canal del parto. Una vez que pasa el umbral de la contracción volvemos a recuperar el estado de relajación olvidándonos de la contracción que acaba de suceder, queda una menos.

Este ejercicio lo repetimos unas cuatro veces en total. Normalmente no suelo tener problemas para relajarme pero la incomodidad de estar casi en el suelo tumbada y el calor que empecé a sentir me hicieron pasar un mal rato. Necesitaba que terminara la parte de relajación porque al estar acostumbrada a tumbarme en superficies más mullidas aquello me parecía como estar sobre una cama de clavos.

Carmen nos dijo que practicáramos en casa para que el día del parto lo tuviéramos más interiorizado y automatizado porque ese día no nos será tan sencillo ponerlo en práctica.

Pujos

Lo primero que hay que tener en cuenta en el tema de los pujos es que esta fase se desencadena una vez que estamos dilatadas de 10 cm. Es entonces cuando en la cresta de la contracción podremos empujar para que nuestro bebé salga. Estos pujos se producen en apnea, esto es, cuando se está empujado no se está respirando y eso supone una falta de oxigenación tanto para la mamá como para el bebé. Tras el pujo hay que respirar sin detenerse para oxigenar al máximo al bebé y que se recupere.

Con ayuda de la contracción y nuestro esfuerzo nacerá nuestro bebé y deberemos seguir las indicaciones de la matrona que será quien nos vaya indicando si queda poco para que salga la cabeza de nuestro bebé. En esa tesitura la compañía de nuestra pareja puede ser vital para llenarnos de fuerza y afrontar la recta final del embarazo que puede durar varios minutos (creo recordar que hasta 120 si no estoy confundida).

Mis reflexiones de la charla maternal

Esta quinta clase fue mucho más didáctica que las anteriores y me gustó porque nos ha mostrado estrategias para sobrellevar el parto de manera que seamos conscientes de todo en cada momento. No obstante, las condiciones en las que hicimos la parte práctica podían haber sido un poco mejores porque la incomodidad me pasó factura aquel día. El tema de los pujos también me pareció revelador aunque siempre te queda la duda de si en el momento indicado sabré hacerlo correctamente. Supongo que hacerse esas preguntas entran dentro de lo novedoso de ser una primípara ¿no?.

Firma Ms. E

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