Puede que hayas llegado a este post porque estás valorando la posibilidad de tener familia, o quizás ya tengas hijos y/o hijas y buscas experiencias de otras madres. Hace no mucho me pregunté a mí misma si la maternidad me había cambiado la vida. La respuesta inmediata fue «sí». Ser madre me ha cambiado la vida pero, ¿en qué sentido? ¿hasta qué punto ha cambiado mi vida la llegada de nuestra hija? ¿ha sido un cambio para bien?

A todos estos interrogantes voy a tratar de dar respuesta en las siguientes líneas basándome en los cambios, a nivel personal, que la maternidad ha generado en mi persona.

¿En qué ha cambiado mi vida desde que soy madre?

A bote pronto te podría decir que mi vida ha cambiado del todo, pero al mismo tiempo siento como si en realidad no hubiera cambiado. Es ambigua la respuesta que te he dado, ¿verdad? Ciertamente es ambigua, pero es lo que siento porque a pesar de los cambios que ha supuesto la llegada de BabyE a nuestras vidas, el acoplamiento y la forma de gestionar la maternidad ha sido buena y no siento que esos cambios hayan supuesto ningún hándicap.

1. El descanso

Sigo durmiendo desde que soy madre. No duermo del tirón desde hace más de 15 meses pero descanso para afrontar el día siguiente saliendo bastante airosa. En cuanto nació la peque nos percatamos de que necesitaba dormir pegada a mí o mi pecho, (o quizás a ambos) así que decidimos gestionar el tema optando por el colecho. Y es que teníamos dos opciones: o no dormir ninguno de los tres o dormir todos. Así que optamos por la segunda opción. Te diré que no habíamos valorado esta opción con anterioridad, pero observando las necesidades de nuestra pequeña fuimos conscientes de que el colecho nos iba a beneficiar a todos.

Respecto al sueño otro de los grandes cambios ha sido el tema de la hora a la que me acuesto. Cuando vas a ser madre idealizas que tú momento será la hora siguiente a acostar a tu bebé. De hecho, en muchos casos es así. Pero nuestra hija se despierta con gran facilidad si me levanto mientras ella duerme. Así que decidí aprovechar su mismo horario de sueño nocturno para descansar. De este modo, los diversos despertares para lactar no pasan factura a no ser de que tenga insomnio (que suele ocurrirme en la fase premenstrual dos o tres noches consecutivas). Pero ya te digo que no me importa no ver la televisión porque gano en descanso al lado de mi bebé. Vamos, que he salido ganando en este aspecto.

2. Las emociones

El tema de las emociones es más complicado porque a nivel hormonal se producen muchos cambios los primeros meses de vida del bebé. Y gestionar las emociones a veces se convierte en misión imposible. Los bebés llegan sin manual de instrucciones y por mucha preparación maternal a la que hayas asistido o muchos libros que hayas leído son tantos los miedos y las dudas cuando llega el momento de la verdad que a veces te sientes sobrepasada. Con el paso de los primeros meses conoces a tu bebé mejor que nadie y eso te facilita el día a día. Es un continuo proceso de aprendizaje y de regulación emocional.

Yo te puedo decir que desde que soy mamá sonrío mucho más y soy muy feliz. También vivo momentos de tristeza o de enfado, porque la vida tiene su cara dulce, pero también su cara amarga. Pero la segunda no ocupa espacio en mi vida. quizás ocupe más tiempo del que me gustaría pero a veces es inevitable. Si me sigues por Instagram, puedes leer mis reflexiones sobre las situaciones menos agradables que me ha reportado la maternidad porque hay personas que no quieren comprender que a veces lo mejor para un bebé no es lo que una persona adulta desearía.

La maternidad te hace situarte en el mundo, a todos los niveles, en otra posición totalmente diferente a la que te estabas con anterioridad. Es una evolución tan brutal que a veces te olvidas de ti misma, de mimarte, de atenderte. Pero poco a poco todas las piezas del puzzle se van encajando, el nuevo mecanismo que conforma el nucleo familiar se engrana y comienza a funcionar con tal precisión que pareciera que llevaras toda la vida haciéndolo.

3. Las rutinas diarias

No te voy a mentir, nuestra hija ha sido desde el minuto uno una bebé muy demandante y retomar la vida tras dar a luz y encajar las necesidades vitales de una criatura de dos kilos y medio de peso con las de una mujer recién parida fue de todo menos fácil. A veces ir a hacer pis o comer era toda una odisea porque BabyE vivía en mis brazos: no quería minicuna y cuando la tenía su padre yo tenía que extraerme leche para complementarle.

Vamos que no tenía tiempo ni de desenredarme el pelo tras una ducha ultrarápida y eso que tenía el pelo bien largo porque tenía previsto haberme cortado el pelo en la semana 39 de embarazo y BabyE nació a las 38 semanas. Moraleja: cortaos el pelo con tiempo que luego los nudos y enredos harán que decidas coger una tijera y cargarte la melena de la peor manera posible. ¡Un desastre absoluto! Con el paso de los meses estos pasajes se han quedado en meras anécdotas y ha resultado más fácil tratar de encajar las rutinas y necesidades de cada miembro de la familia de forma respetuosa. Todo es cuestión de tiempo, paciencia y mucho mucho amor.

¿Cómo valoro mi maternidad?

Después de todo lo que te he dicho no sé qué estarás pensando acerca de mi maternidad. ¿Crees que ha sido positiva? Te digo que sí, que el cambio que ha supuesto la maternidad en mi vida personal ha sido muy positiva aunque los inicios hayan sido complicados. Creo que una cosa no está reñida con la otra. Ser madre es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo y estoy disfrutando de cada momento, de cada etapa y de cada avance de nuestra pequeña.

Y tú, ¿qué percepción tienes de tu maternidad? ¿cómo la valoras?

Sobre Esther B.A.

Soy Esther, una mujer inquieta, una mamá de alta demanda y profesional de la educación.

Suscríbete a nuestra Newsletter

Si quieres estar informada de las últimas novedades y recibir contenido exclusivo apúntate a nuestra Newsletter. No recibirás spam, a nosotros tampoco nos gusta.

Rellena el siguiente formulario para suscribirte. Tranquila, vas a recibir máximo 1 correo al mes.

crear newsletter

¡Bien! Ya estás suscrita.

Pin It on Pinterest

Share This