¿Qué hay más hermoso que ver a los niños/as disfrutar y aprender al mismo tiempo sobre algo?; ¿cuántas/os de vosotras/os habéis coleccionado algo cuando erais pequeños y depositabais toda vuestra ilusión en ello?; ¿a quiénes de vosotros/as os siguen gustando a día de hoy esas mismas cosas y se las inculcáis a vuestros/as hijos/as?. Todo esto viene a colación de que yo coleccionaba minerales y fósiles de pequeño, compraba todos los fascículos, e incluso, pedía alguno si se me había pasado. Los cuidaba como oro en paño y los estudiaba como paleontólogo al uso. Me fascinaba aquel mundo y todo lo que rodeaba a la madre tierra.
Pienso que es una afición que relaja, hace despertar la imaginación de los más pequeños e incluso puede llegar a convertirles en unos experimentados buscadores de tesoros ocultos. Todo esto y mucho más puedes descubrirlo en una feria anual que se celebra en la localidad de Urretxu (Guipuzcoa). Se encuentra situada a unos 55 kilómetros de la capital de la provincia (San Sebastián) hacía el interior. Celebran su vigésimo octava edición los días 6, 7 y 8 de noviembre, casi siempre el primer fin de semana de noviembre, valga la redundancia. Lo hacen en el frontón cubierto del pueblo. He tenido la oportunidad de asistir 2 veces a esta feria y ninguna de las dos me ha defraudado. Me he divertido como un enano, vislumbrando toda aquella belleza y pienso que en familia os lo pasaréis pipa, puesto que no sólo puedes ver o intercambiar minerales y fósiles sino que organizan actividades para que los niños estén entretenido y les enseñan cosas acerca de este mundillo.
Organizan búsquedas de pirita, un mineral brillante originario de la La Rioja, dentro de una imitación a una cueva donde les ponen casco y les dan un pico para que puedan escarbar. También alrededor del lugar hay talleres diseñados para ellos, con mesas para dibujar, juegos y monitoras que les explican el valor de estos pequeños grandes objetos.
Es una feria de reconocido prestigio a nivel nacional puesto que vienen expositores de toda la geografía española. A ésta también acuden como no podía ser de otra manera, expertos en la materia, los cuales miran minuciosamente a cada mineral o fósil y realizan compras e intercambios. Asimismo, el lugar de exposiciones es lo suficientemente amplio como para dedicarle unas cuantas horas a aquello.
Las veces que he ido he acabado con algún mineral en mi poder pues hay tanta variedad de colores, formas y tamaños que es casi imposible irse con las manos vacías. Gracias a esta feria he ido ampliando mi colección, a la cual le tengo un cariño muy especial, a pesar del paso de los años. Es más, cada vez que puedo y voy al monte suelo mirar al suelo en ocasiones para ver si encuentro algún mineral o fósil, que no sería la primera vez vaya.
En definitiva, os recomiendo este plan por lo constructivo e fascinante que es. Apto por supuesto como he dicho antes para ir en familia y pasar el día. El pueblo es bonito y sus alrededores también merecen la pena.
Un abrazo,
Me encantaban los minerales!!! Tenía historias de mil tipos con ellos, me gustaba mirarlos y remirarlos y eran como unos muñecos, cada uno con su personalidad propia xD.
Mi abuelo me regaló el primero, no por nada especial, simplemente me lo regaló. Un cuarzo verde. Y ahí seguí y seguí.
Qué buena!! Me sentía un poco friki por coleccionarlos y lo que tú comentas de seguir con la misma ilusión a día dd hoy y tal. Yo solía comprar en esta feria e ir en su busca al monte y así, normalmente acompañado.