Nos adentramos en un mundo donde existen infinidad de posturas sexuales válidas para el disfrute con tu pareja y donde la colocación de cada uno de los actores y la comodidad resultan ser factores determinantes en la concepción de un bebé. Asimismo, hay que tener en cuenta que es un proceso de aprendizaje mutuo, que hay que tener paciencia y que la tranquilidad es fundamental, es decir, no debemos obsesionarnos con la idea de si ha entrado o no el esperma dentro del cuello del útero y cosas similares. Debemos tomárnoslo entonces como si fuera un juego y donde los resultados vendrán cuando tengan que venir.
En nuestro caso, y en el el mío en particular, he de admitir que no era, ni soy un experto en esto de probar diferentes posturas, de hecho, diría que soy muy limitado. Si a eso añadimos que tengo muchos pensamientos que rondan mi cabeza y me hacen desconectar un instante durante el acto, y los cuales sé que debo controlarlos, la cosa pinta más bien complicada. Sin embargo, reconozco que he ido mejorando en este sentido y en este tercer intento en concreto. Os confieso que mi postura favorita y única hasta el momento es en la que la chica se coloca arriba y de rodillas. Tengo la sensación de que es la que más me excita, por la razón que fuere pero creo, y digo creo porque no lo tengo del todo claro, que es porque puedo ver las partes más íntimas de un vistazo de mi pareja más fácilmente.
Soy consciente de que tengo que explorar nuevas posturas y de que así será mucho más sencillo todo, pero la costumbre se ha apoderado de mí y no será fácil deshacerme de ella. Supongo que con el tiempo, la práctica y sin que me obceque de que en otra posición no lograré excitarme como en la que más me gusta, todo será mucho mejor. Desconozco si hay más hombres a los que les ocurre algo similar o parecido, pero la sensación es que a veces he llegado a sentir algo de frustración por no ser capaz de innovar y probar algo diferente. Además, tengo entendido que son otras las posturas recomendadas para que entren mis bichillos mejor.
Ms. E tiene mucha paciencia conmigo en ese sentido y en alguna ocasión me ha propuesto probar la tan conocida por todos postura del misionero, pero a pesar de algún intento esporádico, no ha sido posible llegar hasta el final. Pero como bien he comentado al inicio, pienso que es un proceso de autoconocimiento, de seguridad en uno mismo y de desconexión total del mundo exterior. Por ello, me gustaría preguntaros, de una forma muy natural, si os ha ocurrido o os ocurre algo similar a este mi pequeño ‘problemilla’ o si por el contrario, sois unas verdaderas expertas/os a lo que posturas se refiere y de si conocéis la postura ideal para que el espermatozoide fecunde al óvulo. Me despediré diciendo que nuestra responsabilidad, la de los hombres, es vital y que ¡NOSOTROS PODEMOS!
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