Puede que a lo largo de tu vida hayas podido padecer anemia o falta de hierro. Lo que es un hecho es que un altísimo porcentaje de mujeres embarazadas sufren esta afección en la que los niveles de hierro descienden por debajo de los valores normales. ¿A qué se debe este trastorno? ¿Qué síntomas causa? ¿Cuál es el tratamiento? En esta entrada obtendrás respuesta a estas cuestiones.
Información sobre la anemia
Función del hierro en nuestro organismo
El hierro interviene directamente en la producción de hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos y que tiene la función de transportar el oxígeno a otras células. Durante un embarazo, la cantidad de sangre que circula por el cuerpo de la mujer puede aumentar hasta en un 50%. Esto supone un aumento proporcional de hierro para producir más hemoglobina, que será la encargada de suministrar oxígeno a través del torrente sanguíneo tanto al bebé como a la placenta.
¿Cómo se detecta la anemia durante el embarazo?
A parte del cansancio y fatiga acentuados que pueden hacerse patentes durante el embarazo la forma fiable de conocer si existe una anemia es a través de un análisis de sangre. Por eso, en las analíticas trimestrales se mide el valor para ver la evolución del hierro en sangre y poder actuar en caso de que haya un descenso de los niveles.
¿Qué síntomas puede presentar una mujer embarazada con anemia?
Si se trata de una ligera anemia, ésta puede pasar desapercibida y sólo se verá reflejada en la analítica de control del embarazo. Los síntomas asociados a la falta de hierro pueden ser varios, lo cual no significa que hayan de manifestarse todos ellos. Se puede tener la piel más pálida que de costumbre, la caída de pelo puede ser abundante y las uñas se pueden romper con facilidad. También se puede presentar inapetencia, cansancio, sensación de falta de aire o debilidad. A veces se puede tener sensación de mareo o vértigo e incluso taquicardia y/o palpitaciones. Otros síntomas pueden ser el dolor de cabeza, la falta de concentración o el insomnio.