Aprovechando que salíamos de trabajar a mediodía y de que es un lugar que nos queda cerca a ambos decidimos probar suerte. Este sitio ya nos lo había recomendado mi padre, que es un catador y visitante nato de restaurantes nuevos. Comentaba que se comía bien, tenía variedad y el precio era razonable, pero todo aquello no era más que palabrería puesto que ya tenemos la experiencia de no fiarnos en exceso de comentarios para luego no llevarnos chascos innecesarios. Allá vamos con nuestra experiencia en él.
RESTAURANTE KAFFE BERRI
Reservamos con antelación, indispensable si aterrizas a partir de la 13:30, que era precisamente nuestro caso, puesto que se pone de bote en bote por aquello de tener cerca zonas industriales y la zona de universidades que hacen descanso sobre esa hora. Además, donde se ve gente ya se sabe, va más gente seguro.
Entre semana tienen menú con 5 0 6 primeros platos, 5 0 6 segundos y otros tantos a elegir para postre. Comenzamos degustando un chupito de verduras fresquito que entra dentro del menú del día también como aperitivo. De seguido, pedimos una ensalada templada con pescado y salmón ahumado, que estaba riquísima y bien aliñada. Continuamos con el plato fuerte, Ms. E apostó por unos san jacobos con patatas panaderas y servidor por un rodaballo con patatas panderas también. Todo estaba perfecto de sabor aunque si tuviera que poner un pega diría que el rodaballo tenía muchas espinas y apenas carne, lo cual hacía que tuviera que estar muy atento para separar todo aquello, me da mucha rabia que le voy a hacer.
Y como colofón a ese menú tan diverso escogimos flan de huevo (Ms. E) y arroz con leche (moi), ambos caseros lo que le da un plus al sabor. La presentación de éstos era buena a su vez.
Si hablamos de las raciones, quizás se queden un poco escasos los segundos platos, cosa curiosa pues normalmente suele ser al revés, el primero suele ser más ligero y el segundo más potente. No obstante, reconocemos que estaba todo bueno.
La señora encargada de servirnos fue muy servicial y encantadora y siempre tiene una sonrisa en la boca. Me cayó estupendamente desde el inicio. A ello hay que sumar que se mueve con gran soltura y siempre está atenta a lo que ocurre a su alrededor.
El restaurante Kaffe Berri, o Café nuevo como sería su traducción al castellano, cuenta con una zona bar en la entrada bastante amplia, un comedor dentro y una terraza. La decoración es moderna para el lugar donde está ubicado. Apto para ir con la familia por lo espacioso que es.
Si hablamos del precio del menú del día es barato, pues son 10 € por persona para un menú de primero, segundo, postre y café e iva incluido. Está adaptado para la gran cantidad de estudiantes y trabajadores que deambulan esa zona.
En pocas palabras, es un sitio al que se puede ir y comer bien, sin grandes florituras, ni platos muy elaborados, pero que cumplen. La nota es de un 7.5 sobre 10.
Si tenéis oportunidad, probarlo, no creo que os defraude.
Un abrazo,