El post de hoy lo iba a enfocar de una manera distinta a la que creo que voy a redactar, pero en esencia hablo de lo mismo. Y es que yo no me he quedado embarazada ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera, ni a la cuarta, ni a la quinta, ni a la sexta…. ¡esto es un suma y sigue! ¿Y qué queréis que os diga? Ni me siento triste, ni apenada, ni amargada. Nuestra búsqueda tenía que ser más larga que la de otras parejas que tienen la suerte infinita de lograr el embarazo en un plazo razonable. Creo que muchos de ellos ni saben la suerte que han tenido, tienen o tendrán.
En nuestro entorno estoy haciendo una especie de estudio sociológico (que nadie sabe), de manera que estamos contando abiertamente en nuestro entorno más íntimo de familiares y amistades cómo llevamos la búsqueda y hoy os vengo a contar las dos caras de la moneda, las respuestas que hemos obtenido de quienes se quedaron a la primera y la de quienes han tardado algunos meses (aunque menos que nosotros).

La familia

Es muy divertido cuando dices a tus padres que quieres tener un bebé, sobre todo, cuando los míos acaban de tener un nieto y saben lo que se les viene encima. Te miran con cara de «bueno, sin prisa». Tus suegros te miran de manera atónita, no se lo esperaban. Pero en el fondo pasan los meses y ves que están casi más ilusionados ellos esperando a que les digas que ya estás embarazada que tú misma. De estas cosas curiosas. Eso sí, el decirles mes tras mes que de momento nada y que te digan que ya llegará, que no hay que pensar en ello, que patatín y que patatán está muy bien en la teoría. Pero la práctica es bien distinta. Ellos han tenido a sus retoñitos a la primera. Las causas pueden ser múltiples, pero el factor suerte, como siempre, ha jugado un papel muy importante y no son conscientes de hasta qué punto es complicado conseguir un embarazo.
El día que se enteraron que tendríamos que hacernos pruebas, creo que empezaron a ver el calibre de la situación y desde entonces ya no hacen ningún tipo de comentario de «cuando menos te lo esperes». Porque ya lo he dicho varias veces, esperar lo vamos a esperar siempre, en cada intento, en cada ciclo.
Mi hermana y mi cuñado también lo saben y en más de una ocasión han hecho comentarios más desafortunados que los de nuestros respectivos padres. Lo cual riza el rizo cuando a ellos también les costó quedarse como ocho meses o así. La diferencia es que mi hermana tiene 9 años más que yo, sobrepeso, ovarios poliquísticos, etc. Lo mejor en estos casos, hacer como que no has oído absolutamente nada y no contestar a esas frases imprudentes y que se hacen desde una posición de «yo ya lo he conseguido». No saben la suerte que han tenido.

Los amigos

Con nuestras amistades ha ocurrido una cosa muy curiosa y es que no se lo hemos dicho a nuestras respectivas cuadrillas de amigos, sino a parejas de amigos que andan en la búsqueda o que tienen expectativas de buscar bebé en breve. Y aquí está ocurriendo una cosa muy curiosa. Resulta que algunas de las parejas están experienciando una búsqueda prolongada también. Otros en medio año han logrado su positivo, y de todas ellas, yo soy la más joven. Así que la edad influye, pero no tanto como quieren hacernos creer. A fin de cuentas el tema es que el cuerpo esté en un estado óptimo para que pueda producirse un embarazo.
Cuando les contamos a nuestros amigos y amigas que teníamos una cita en la unidad de reproducción nos decían que era lo mejor para descartar que algo no estuviera bien y así ponerle solución cuanto antes. No obstante, también nos han dicho eso de que «cuando menos nos lo pensemos llegará«.

Mis conclusiones

Mi pregunta es ¿por qué se nos hace creer que es sólo cuestión de tiempo? Mi percepción después de analizar las situaciones vividas durante estos nueve meses es que el tema de tener un problema reproductivo sigue siendo un tabú y que es mejor ni contemplar la posibilidad. Y no es así, ni hay que ser alarmista antes de tiempo ni intentar evitar hablar de ello a toda costa. Cada pareja es un mundo y la fecundación de forma natural necesita unas condiciones muy específicas para que se produzca con garantías de éxito. Pero esto no se explica en las clases de biología del Instituto.

No se es menos mujer ni menos hombre por tardar más tiempo en concebir. La no concepción tampoco se produce por ser más conscientes de querer ser madres y padres. Pensar en ello no obstaculiza el quedarse embarazada. Es que en verdad, es complicado lograr un embarazo. Hay parejas con una gran suerte, y otras que necesitan más tiempo y/o ayuda para lograrlo. Así que a lo dicho ¡yo no me quedé embarazada a la primera! Y así lo haré saber el día que pueda presumir de barriguita o barrigota.

Sobre Esther B.A.

Soy Esther, una mujer inquieta, una mamá de alta demanda y profesional de la educación.

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