La búsqueda no está resultando nada fácil, incluso se puede decir que se está alargando más de lo previsto, sin embargo, y para nuestro consuelo, también hay muchas parejas que están en el mismo punto en el que nos encontramos nosotros ahora y ello aunque no debiera, nos reconforta y nos anima a seguir adelante.
La envidia sana a la que me refiero en el título, es una ‘envidia’ a todo lo que rodea al mundo del bebé, que he visto que me gusta, y a situaciones que iré desgranando a continuación. No me refiero por tanto, a una envidia del tipo ‘esa pareja es más porque ya ha conseguido lo que quería y nosotros no’ o ‘voy a dejarles de hablar porque no querían tener hijos y tienen y yo aquí a verlas venir’ o a cosas de ese estilo. Esto no tiene nada que ver con la maldad, sino con un sentimiento de responsabilidad que te entra cuando ves a un bebé y te preguntas por qué se demora tanto cuando te ves ya preparado para ser padre.
Estoy convencido que llegará y cuando menos nos lo esperemos, pero esto de ser tan consciente de este proceso e intentarlo con tanto afán y nada, resulta ser un poco frustrante la verdad. Menos mal que cada vez pensamos menos en ello que sino, sería un quebradero de cabeza constante.
Me produce envidia sana…
Referente a lo que comentaba en el segundo párrafo, existen ciertas situaciones que me dan más ganas de ser padre como son:
1) Cuando veo una relación padre-hija o padre-hijo buena a priori desde el exterior, o dicho de otra forma, observo que los hijos disfrutan con sus padres y que ellos se vuelcan con ellos altruistamente y les veo seguros de sí mismos y sin ningún miedo. Puede que éste último lo lleven por dentro en algunas situaciones pero a mí me engañan si es así. Ello, me lleva a pensar que me gustaría ser un poco como ellos, pues a mí los niños me encantan y dicen que tengo algún don, por llamarlo de alguna manera, hacía ellos, y claro me gustaría mostrarlo.
2) Suelo ver padres que todo lo contrario al punto anterior, no se preocupan por sus hijos como yo percibo que se tendrían que ocupar, o más bien, como yo lo haría en su lugar, dejan todo el peso de la manutención y cuidado exclusivamente a la mujer. Esto no me parece justo porque si has querido tener es con todas las consecuencias y sino no hubieras tenido. Tener para que lo cuiden otros es lo más fácil. Pienso que la paternidad es más que eso.
3) Todo niño/a tiene sus etapas y crece demasiado deprisa, casi sin darnos cuenta, en la mayoría de los casos, y el ver esa evolución me encanta, pues el niño/a cada vez es más independiente y no depende tanto de ti, me centro en el caso de nuestro sobrino por ejemplo. Impensable dar marcha atrás, nos gusta como está ahora, más juguetón y más vivo.
4) Tener un niño te abre más puertas a relacionarte con gente que también tiene. Puede parecer una tontería pero lo veo en el parque diariamente. Y sí me gustaría porque me considero una persona abierta y con ganas de aprender más sobre sus experiencias.
No me produce tanta envidia…
A pesar de estas ‘envidias’ mencionadas, también hay cosas que no me dan tanta o eso quiero pensar para contentarme al menos.
1) Estar un rato con un niño no es lo mismo que dedicarle un montón de horas al día, ello cansa y te desgasta. Aún tengo tiempo para coger fuerzas y de este modo estar más preparado física y mentalmente.
2) Todo gira en torno a él o ella y todo el que diga lo contrario es que no tiene críos. Tu vida en pareja pasa a un segundo plano y aún me siento con mucha fuerza para querer afianzarla más si cabe antes de su llegada.
3) Viajes y gastos más limitados. Irse allá donde uno guste ya no es seguro, pues tener una criatura conlleva muchos gastos y el futuro es tan incierto que lo mejor es ahorrar. Nosotros estamos en ello pero si tarda un poco más pues tampoco pasa nada.
4) Doy un poco de margen a mis padres para que disfruten un poco de la vida ahora que se sienten ágiles y pueden pues luego algo les tocará, sin abusar claro está.
Y esto es todo queridas lectoras, espero que os haya gustado este post y lanzo las siguientes cuestiones al aire, ¿cuántas de vosotras/os habéis padecido esa envidia sana que menciono antes de quedaros embarazadas?, ¿coincidimos en algún punto? y en caso negativo, ¿podrías decirme qué envidiabas?
¡Feliz juernes!
Las siguientes entradas también te gustarán
Ánimo en la espera. Antes o después llegarà y creo que, cuando cuesta y tarda, luego se disfruta y valora muchísimo más. Y los puntos que no te dan envidia son totalmente ciertos. Corto te quedas, vamos. Jejeje. Así que nada, a disfrutar de cada momento.
Espero que pronto lo consigáis.
Hola!!!!
La verdad es que no me he visto en esa situación porque mis embarazos llegaron muy rápido, pero comparto lo que dices, especialmente esos padres que pasan de todo,(bueno, y madres, aquí hay de todo) y desde luego cuando llegan los hijos todo cambia, eso no hay duda. Y la pareja pasa a un segundo plano, al final siempre se recupera pero hay etapas complicadas, si el niño sale como el mío segundo que estuvo meses y meses sin dormir roza uno la demencia,jejeje.
Y la economía, ayyyy, además eso es como cíclico, al principio se gasta un montón en pañales y mil trastos que nunca usamos, luego tienen una etapa intermedia en la que, nosotros al menos, viajamos más e hicimos muchas cosas porque eran gastos más asumibles y luego crecen y son un goteo de dinero constante, solo con estudios ya es de asustar.
Vosotros disfrutad de esa búsqueda y ya veréis como enseguida llega. Un abrazo para los dos.
Hola chicos, la espera os puede parecer larga pero valdrá la pena, no desesperéis. Entiendo lo de la envidia sana, es lo más normal del mundo a mi a veces me pasa (eso que yo no «quiero» tener hijos de momento) pero se me pasa pensando en algunas de las cosas que nos comentas al final y cuando pienso en el dinero que no tengo. Ánimo, pronto nos daréis la buena noticia, besos