RESTAURANTE BALNEARIO DE LA CONCHA

Permitirme antes de nada situaros, que este restaurante de cocina de autor se encuentra en un marco incomparable sobre la playa del Sardinero y posee una cristalera desde donde puedes contemplar mientras comes la Bahía de Santander.

Optamos en esta ocasión por ir a carta y darnos un capricho. Comenzamos pidiendo media ración de croquetas de jamón ibérico y una parrillada de verduras con salsa romesco, todo para compartir, quedándonos muy satisfechos con las cantidades y con el sabor de ambos platos. Seguidamente, y como plato principal, elegimos cada uno el suyo, Ms. E optó por una hamburguesa Angus con cebolla caramelizada, rúcula y lascas de parmesano sobre crema de patata y yo, por un solomillo con patatas y pimientos. Ambas raciones eran suculentas y estaban buenísimas. Y para colofón, nos decantamos por un postre ‘a priori’ sencillo pero con sabores realmente auténticos, dos helados, uno de mandarina y vainilla y otro de frambuesa y queso.

Nuestros postres, helados deliciosos.

A nuestro parecer la relación calidad-precio es buena. No creemos que sea un sitio para ir a menudo ya que la economía puede resentirse pero reconocemos que la calidad de los alimentos, las vistas y el entorno hacen de él un lugar de ensueño. Eso sí, como consejo os diré que es mejor que se vaya con reserva previa, pues observamos que muchos de los que llegaban sin ella tenían que darse la vuelta.

El precio oscila entre 30 y 40 euros por persona si vas a la carta como nosotros, sin embargo también cuentan con un menú especial. En lo que a la atención del servicio se refiere, es simplemente exquisita, siempre con una sonrisa y con educación, convirtiéndose en uno de los principales e importantes motivos por los que acabamos volviendo.

En resumidas cuentas, creemos que es un lugar ideal para ir en pareja, con niños o en familia y por eso nuestra puntuación es de 5 de 5.

Vista desde el interior del Restaurante